Hablar de las famosas cartas Magic es igual a rememorar muchas horas de entretenimiento, recreos, tardes con amigos y primeros escarceos con juegos de estrategia para muchos jóvenes de los 90… y para otros tantos aún a día de hoy. Coged vuestras criaturas preferidas, algo de maná y adentrémonos en la historia del juego y en la de su prolífico creador, Richard Garfield.

Los comienzos de Magic: The Gathering nos sitúan a mediados de la década de los 80, cuando un estudiante de doctorado de matemática combinatoria de la Universidad de Pensilvania, Richard Garfield, decidió dar salida en sus ratos libres a su afición por los juegos de mesa y cartas de estrategia por medio de la creación de diferentes juegos de entretenimiento, tanto físicos como electrónicos.

Richard Garfield en su etapa de estudiante de doctorado… la tesis se le quedaba corta al parecer.

De los diferentes juegos de cartas que estaba desarrollando había uno en el que divisaba un tremendo potencial. Bebiendo en parte de las características de un juego anterior que había ideado en su etapa de instituto, Five Magics, veía en él un factor determinante para que la gente se implicara: el intercambio y el trato personal. Hasta aquel entonces, los juegos de cartas intercambiables orientados a estrategia apenas habían existido y el bueno de Richard creía que dar la oportunidad a los jugadores de moverse y tratar con otros para conseguir las cartas que mejor les fueran a sus posibilidades y gustos, para crear nuevas estrategias de juego y flexibilizarlo, podría crear una suerte de comunidad que diera vida propia y mejorara las ideas iniciales con las que ideó el formato. En sus propias palabras, quería crear lo que él denomina un «networked game». El tiempo le dio la razón.

Hacia 1991, después de una larga etapa de testeo del juego, ayudado por otros estudiantes y ya siendo profesor adjunto, Garfield entabló relaciones con Peter Adkison, CEO de la incipiente compañía editora de juegos de entretenimiento Wizards of the Coast, creada en 1990, pero con la intención de publicar un juego de mesa desarrollado en 1985, RoboRally. Por afortunada desgracia, las conversaciones no fructificaron, al no tener WotC los recursos suficientes para publicar dicho juego, aunque por suerte para todos, Adkison sí que estaba tremendamente interesado en otros tipos de formatos más simples de distribuir, como era el caso de la segunda propuesta de Garfield, llamado por aquel entonces simple y llanamente «Magic».

Peter Adkison con su mazo de cartas valorado en 500.000 $. Seguro que nunca has pensado en imprimir un Black Lotus a escondidas, ¿verdad Peter?

Dicho y hecho, después de algunos problemas legales para bautizar a su juego (inicialmente se iba a llamar Mana Clash), Magic: The Gathering se publicó el 3 de agosto de 1993 con su primera edición, denominada Alpha, presentándose en la Gen Con de ese mismo mes. El éxito fue inmediato, agotándose esta primera tirada de 2 millones y medio de copias (295 cartas diferentes) en aproximadamente un mes. Una segunda edición, denominada Beta salió a la venta el 4 octubre del mismo año con 302 cartas y 7’8 millones de copias, habiendo corregido algunos errores relacionados con la celeridad de la impresión de la primera edición y con el detalle que diferencia a ésta de todas las versiones creadas hasta hoy, los redondeos de esquinas. Solo duraron 2 meses antes de venderse todas las copias.

Carta de ediciones Alpha y Beta, a izquierda y derecha, respectivamente.
Que no os la cuelen en Arte 9.

Debido al tremendo auge y demanda de más copias, la idea original de Garfield de imprimir únicamente nuevas cartas en cada edición para dar un enfoque más independiente a cada una de ellas dentro de la dinámica del juego no pudo llevarse a cabo, al no haber tiempo para diseñar un set de cartas cada tan poco tiempo, por lo que se limitaron únicamente a sacar a la venta una edición denominada Unlimited, con los bordes exteriores blancos, mismas 302 cartas y 40 millones de copias, para por fin abastecer a todos los jugadores ávidos. Esta nueva edición del llamado Core Set se puso a la venta el 1 de diciembre de 1993, agotándose en marzo del año siguiente. Por desgracia, las ediciones Alpha, Beta y Unlimited apenas llegaron al viejo continente, por lo que muchos de nosotros hemos podido verlas en directo solo en contadas ocasiones.

A día de hoy existen 19 ediciones que incluyen parte de las cartas originales y decenas de expansiones con nuevas unidades puestas a la venta 3 veces cada año, contando en total con unos 18000 ejemplares diferentes. Tal cantidad ocasiona que hasta los más hábiles jugadores no conozcan todas las posibilidades que puede emplear el rival en los cientos de torneos que reúnen a miles de jugadores por todo el mundo, lo que ha dado lugar a una gran creatividad en la creación de mazos, con infinidad de combinaciones y estrategias posibles, incluyendo a MTG en la exótica categoría de los hidden information games.

Black Lotus de la edición Alpha firmado, en perfecto estado. Sangre de unicornio purificada ante vuestros ojos.

De forma paralela, la escasez de algunas cartas de las primeras ediciones ha creado un mercado de coleccionismo voraz en torno a alguna de ellas, sobre todo en las denominadas como Power Nine, pagándose miles de euros por copias en buen estado. Este es, por ejemplo, el caso del famoso Black Lotus, mítica carta de la que todo el mundo ha oído hablar y que alcanza cifras bien por encima de los 20.000 euros en el momento en que se escriben estas líneas.

Por otra parte, a raíz del éxito de este maravilloso juego, se crearon multitud de versiones digitales para consolas y ordenadores, como por ejemplo el inolvidable y «libremente» adaptado Magic: The Gathering – Battlemage de 1996, para PlayStation, o las ya más modernas y rigurosas, como Magic: The Gathering Online de 2002 en adelante, para PC.

Magic: The Gathering – Battlemage, de 1996. Con qué poco nos conformábamos antes…

Finalmente, no quisiera dejar sin mencionar algunas de las fabulosas y acertadas ilustraciones que acompañan a todas las cartas, así como las citas que en ocasiones ayudan a configurar la criatura o el artefacto en concreto, que para mí constituyen buena parte del aroma que envuelve este universo y que viene siempre a mi mente cuando lo rememoro. Cartas como Serra Angel o Baron Sengir son, a mi juicio, muy buenas muestras de ese estilo tan único que hizo de MTG un fenómeno tan popular.

Algunas ilustraciones famosas de las primeras ediciones de Magic: The Gathering. Había tortas por conseguir algunas.